Ebenezer-Epworth12/17
  No aprietes el botón
 






El 1 de septiembre de1983, interceptores a reacción rusos dispararon hacia un avión comercial coreano que había sobrevolado el espacio aéreo ruso debido a un error. El avión llevaba 269 civiles a bordo, algunos de los cuales eran ciudadanos norteamericanos. Los pasajeros y toda la tripulación murieron.

Al momento del incidente, los soviéticos pensaron erradamente que el avión estaba en una misión de espionaje.Como resultado de esa tragedia, las tensiones se elevaron entre Estados Unidos y Rusia. De hecho, Estados Unidos tal vez se desquitaría con el ataque de un misil.

Con este trasfondo, aquel día el Teniente Coronel Stanislav Petrov debió hacer un turno doble debido a que uno de sus compañeros estaba enfermo. Petrov trabajó al interior de la carbonera secreta Serpukhov-15, monitoreando misiles que podrían ser lanzados desde Estados Unidos hacia la Unión Soviética.

Poco después de la medianoche, el sonido agudo de la alarma se hizo sentir y la pantalla de Petrov se puso roja. Las manecillas frente a él indicaban que Estados Unidos había lanzado cinco misiles, presumiblemente nucleares. De acuerdo a los cálculos de Petrov, disponía de 15 minutos para autorizar un ataque contrario antes que los misiles norteamericanos atacaran tierras rusas.

¿Un Nuevo Ataque?

Si Petrov hubiera apretado el botón rojo de su pantalla habría confirmado un nuevo ataque con misiles al Comandante en Jefe de la Defensa Rusa, así como también al líder principal soviético, Juri Andropov. Es posible que hubiera ocurrido un nuevo ataque contrario.

Mientras Petrov luchaba con la decisión que debía tomar, 120 ingenieros y oficiales militares esperaban en un caos angustiante.

Petrov se mantuvo firme y pensó que si Estados Unidos comenzaba una guerra nuclear, ellos lanzarían un arsenal entero de misiles en vez de sólo cinco. También estudió el terreno a través de su pantalla de radar, de manera de identificar misiles entrantes a la zona. Tranquilamente, pensó que era una falsa alarma, una falla en el funcionamiento del equipo.

Petrov decidió no apretar el botón rojo.

El pensamiento y decisión calculada de Petrov resultaron correctos. El sistema soviético de satélites había enviado una señal errónea de un ataque inminente. Pero debido al valor y al autocontrol de un hombre, la guerra nuclear se evitó casi por un pelo, y millones de vidas fueron salvadas.

En la vida a veces sentimos la presión de nuestros pares o por circunstancias que nos llevan a tomar una decisión impulsiva, en vez de aquella que hayamos razonado pacientemente. La Biblia nos anima en Proverbios 16:32, cuando dice: “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte, el que domina su espíritu que el conquistador de una ciudad.”

 
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